Cepillarse los dientes es un hábito tan cotidiano que podría parecer infalible. Sin embargo, según la dentista Shaadi Manouchehri, hay situaciones específicas en las que esta práctica podría ser contraproducente o incluso dañina para tus dientes. Aquí te explicamos cuándo es mejor evitarlo y qué hacer para proteger tu sonrisa.
A continuación desvelamos los tres momentos del día en los que no deberías cepillarte los dientes según el dentista británico, Shaadi Manouchehri. ¡Toma nota!
1. Justo después de consumir alimentos o bebidas azucaradas
Los alimentos dulces son el principal enemigo de la salud bucal. Cuando se mezclan con las bacterias naturales de la boca, producen ácidos que debilitan temporalmente el esmalte dental. Según el dentista británico Shaadi Manouchehri, conocida por compartir consejos en Instagram, «tras consumir algo dulce, tu boca entra en un estado muy ácido». Cepillarte los dientes en ese momento puede extender los ácidos por la superficie de tus dientes, desgastando el esmalte y aumentando el riesgo de caries.
¿La solución? Espera al menos una hora antes de cepillarte los dientes. Este tiempo permite que la saliva neutralice la acidez y proteja tus dientes de forma natural.
2. Inmediatamente después de vomitar
El vómito exponen los dientes a los ácidos estomacales, que son extremadamente corrosivos para el esmalte. Si te cepillas en ese momento, podría empeorar el daño causado por la acidez.
En lugar de usar el cepillo, Manouchehri recomienda enjuagar la boca con agua o un enjuague bucal sin alcohol para eliminar los residuos ácidos sin dañar el esmalte. De esta forma, das tiempo a tus dientes para recuperarse antes de limpiarlos.
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3. Justo después del desayuno
Aunque el desayuno se considera la comida más importante del día.no siempre es el mejor momento para cepillar los dientes. Muchas opciones de desayuno, como jugos, frutas o café, contienen ácidos que debilitan temporalmente el esmalte. Si te cepillas inmediatamente después, corres el riesgo de desgastar más la superficie de los dientes.
En lugar de apresurarte, espera al menos 60 minutos después de desayunar. Durante este tiempo, la saliva neutraliza los ácidos y protege naturalmente tu boca. Si no puedes esperar, un simple enjuague con agua puede ser una alternativa.
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