Señales que ya no tienes nada en común con esa amistad y es momento de dejarla ir

A la largo, de nuestras vidas tenemos amigos entrañables y que se convierten en casi nuestros hermanos, pero muchas veces te tiene que separar Irene S Levine, experta en amistad y psicóloga, y es que hay amigos y la persona en la que te has convertido, y pueden captar matices sin que tengas que dar largas explicaciones, pero muchas veces las amistades se vuelven complicadas y hay señales que nos dicen que debes dejar ir esa amistad. 

Te gusta más su familia que ellos 

Te has vuelto más cercano a su familia que a ellos. Con el tiempo, es posible que te encuentres alejándote de ellos y prefiriendo la compañía de las personas que los rodean. Eso suele ser una señal de que la conexión que una vez los unió a los dos ya no existe. Ve donde tu energía te guíe y nutre las amistades que fluyen libremente, en lugar de obligarte a invertir energía en la amistad que claramente se está desvaneciendo. No desperdicies tu energía en una amistad que solo mantienes por un sentido de obligación, cuando podrías estar invirtiendo esa energía en las amistades que realmente quieres mantener.

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Hay un maltrato y lo toleras 

Toleras el mal trato que te dan a ti y a las personas que te rodean únicamente por la cantidad de historia que hay entre nosotros. Sabes que si este tipo de comportamiento viniera de otra persona, lo cortarías de inmediato. Tienes una mayor tolerancia a sus tonterías porque son familiares y se sienten seguros. Pero la falsa sensación de comodidad y seguridad que viene con la familiaridad no es suficiente. Te estás acomodando. La familiaridad no es una base sobre la cual se construye algo digno.

Te chantajean diciéndote mi hermana, pero te hacen sentir mal 

Considerarse familia es un gesto honorable, pero no les da derecho a ser parte permanente de la vida de los demás. Llamarse familia unos a otros no significa que estén obligados a tener una mayor tolerancia hacia sus comportamientos abusivos. Todavía pueden separarse cuando se vuelven tóxicos el uno para el otro. 

Todo es unilateral

Ellas no te escuchan. Tan pronto como la conversación deja de ser sobre ellos, dejan de responder o escuchar. Una vez que hayan terminado de desahogarse o hayan obtenido lo que necesitaban de su reunión, sesión de chat, dejarán de esforzarse por estar presentes con usted.

Tu amistad se mantiene a flote por la culpa

Ya no recibes lo que necesitas de la amistad y te culpas a ti mismo. Te preguntas si su falta de esfuerzo es un reflejo de que no estás haciendo lo suficiente. Entonces, te obligas a compensar en exceso sus deficiencias. Tú inicias las conversaciones y los planes. Eventualmente, salir con ellos se siente como una tarea o una obligación, en lugar de un lugar seguro y una fuente de diversión. Para ser cortés, te obligas a quedarte durante cierto tiempo calculado. 

Te sientes culpable por cómo todo se siente forzado por tu parte, por lo que sigues compensando en exceso en un intento de encubrirlo. Esperas que los sentimientos de tener que forzar todo pasen. Cuando pasas por fases en las que no hablas con ellos, ni siquiera los extrañas. De hecho, te sientes más ligero durante los períodos de falta de comunicación. Te sientes culpable por estar bien sin ellos,

Te sientes agotado después de salir o hablar con ellas o ellos 

Si te sientes agobiado con más frecuencia de lo que te sientes animado después de interactuar con ellos, eso suele ser una señal de que tus energías ya no son compatibles. Ya no son saludables para ti. Ya no te beneficias de la amistad. Todo lo que está haciendo es chuparte seco.

Ya no sientes que estás creciendo 

Tienes que sofocar tu propio crecimiento solo para poder continuar relacionándote con ellos. Tienes que embotar tu vocabulario y limitar los temas de conversación a su alrededor para que no se burlen de ti o te llamen pretencioso. Disminuyes quién eres para que no se sientan mal consigo mismos o te hagan sentir que deberías avergonzarte de ti mismo.

No iniciarías una amistad con ellos si los conocieras como son ahora

El tiempo cambia a las personas, para bien o para mal. A menudo vemos a nuestros amigos evolucionar a lo largo de los años de conocerlos, tratamos de mantenernos comprometidos a seguirles el ritmo y hacer espacio para los cambios que ocurren. Incluso cuando no estemos de acuerdo con las direcciones o ángulos en los que crecen. 

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