Los investigadores trataron de relacionar cómo afectan las situaciones traumáticas en la infancia en la actividad sexual de las mujeres adultas
Los investigadores de Mayo Clinic quisieron estudiar cómo una hecho vivido por los niños puede afectar en la edad adulta. Los traumas como el divorcio de los padres o problemas de drogas o alcohol en un familiar pueden resultar en inactividad o disfunción sexual en las mujeres en su etapa adulta. Este estudio ha sido publicado recientemente en la revista médica The Journal of Sexual Medicine.
El estudio
Para la investigación se reunió un grupo de más de 1500 mujeres entre 40 y 65 años. Estas mujeres habían acudido entre 2015 y 2016 a la Clínica de Menopausia y Salud Sexual Femenina en la sede de Minnesota de Mayo Clinic. Todas las mujeres habían acudido por problemas relacionados con la menopausia y la salud sexual. Antes de la visita médica, las mujeres rellenaron una encuesta dónde se les preguntaba por antecedentes de situaciones adversas en su infancia, información sobre la función sexual, los abusos recientes, su estado de ánimo, la ansiedad, los síntomas de la menopausia y la satisfacción en las relaciones interpersonales.
En el artículo remarcan la importancia de realizar esta investigación, ya que al menos 1 de cada 3 niños sufre una experiencia traumática. Estos hechos de la infancia ya han sido relacionados con otros problemas en la edad adulta y se quería investigar la posible relación con la disfunción sexual femenina.
Los resultados
Al revisar las encuestas encontraron que las mujeres que decían haber vivido al menos 4 hechos traumáticos durante su infancia tenían el doble de probabilidad de ser sexualmente inactivas cuando se comparaba con mujeres que no habían tenido problemas de niñas. Además, tenían el doble de probabilidad de tener disfunción sexual durante la mediana edad.
La disfunción sexual se define en la investigación como un trastorno que implica problemas persistentes con el deseo sexual, la excitación, la lubricación, la satisfacción, el orgasmo o el dolor sexual que se asocia con una angustia personal para la mujer que presenta estos síntomas.
La Dra Mariam Saadedine declara en el informe que “esta asociación parecía ser independiente de otros factores que también afectan la función sexual femenina, como la edad, el estado menopáusico, el uso de terapia hormonal, la ansiedad, la depresión, la satisfacción marital y los antecedentes de abusos recientes”.
Es por ello que la doctora recomienda que los proveedores de atención médica que examinan a las mujeres con disfunción sexual que busquen situaciones adversas en la infancia y les ofrezcan un tratamiento multidisciplinario que incluya la remisión a servicios de asesoramiento.
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