Como adultos y padres de familia, procuramos que los niños sean personitas nobles y que tengan desde pequeños, la idea en la cabeza de ser solidarios y compartidos con los demás. Es común que los papás orillen y casi obliguen a los niños a compartir sus pertenencias, pero, ¿qué tan acertado es esto en la crianza?
Seamos sinceros, cuando alguien nos pide alguna cosa prestada mientras la estamos ocupando, lo más seguro es que le digamos que espere hasta que terminemos de usarla. Entonces, qué nos hace pensar que podemos obligar a los niños a prestar ese juguete que está en sus manos de forma inmediata, solo por supuesta buena educación.
Los expertos en crianza pueden guiarnos en ese camino a entender lo perjudiciales que pueden ser este tipo de indicaciones, sin considerar las emociones y derechos de los niños. Por ejemplo, María Montessori, habla de que nunca se debe decir a los hijos que deben compartir lo que están usando en ese momento, pues se estaría obstaculizando su trabajo de alcanzar el crecimiento personal.
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Como se dice por ahí, la práctica hace al maestro y a pesar de que se crea que el juego es solo una actividad de entretenimiento para los niños, la realidad es que para ellos, forma parte de sus procesos de aprendizaje.
Cuando tu hijo esté muy entretenido con algo, recuerda no exigirle que se lo dé a alguien más que se lo esté pidiendo, pues lo único que estarías haciendo es interrumpir su aprendizaje. Lo ideal es que el otro niño espere a que el juguete esté libre para que lo pueda usar. Esto no tendría que ser algo mal visto o como grosería.
Lo cierto es que el acto de compartir nunca se debe forzar, porque a él se pueden ligar sentimientos de posesividad y resentimiento. De un momento a otro, los mismos padres pueden ocasionar que los juguetes sean cosas que se tienen por tenerlas, y no para un fin lúdico o de aprendizaje.
¿Cómo alentar a los niños a compartir?
El mismo paso del tiempo y su crecimiento, hace que los niños compartan sus cosas con los demás, sin necesidad de que sus padres los obliguen. Con esta decisión no se está mal educando, más bien se está enseñando sobre respeto y lo justo que es esperar y tomar turnos, la importancia de la paciencia.
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Cuando los niños han entendido esto, habrán dado un buen paso hacia la madurez personal y estarán mejor preparados para la vida. Cuando alguien está usando algo, lo más prudente siempre será esperar hasta que lo termine de usar para tomarlo y disfrutarlo. En caso de que sea tu hijo el que exija tener algo de alguien más, lo mejor será entretenerlo con otro juguete o actividad.
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Soy una comunicóloga mexicana de 31 años que está buscando encontrar el equilibrio y la felicidad en todos los aspectos de su vida. Apasionada de la redacción, la fotografía y la danza.
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