La pregunta sin fin que los jóvenes de hoy evitan responder con claridad, es si están o no en una relación.
Salir a pasear y tomarse de la mano implicaba automáticamente que dos personas estaban ingresando al mundo de las relaciones, convirtiéndose en pareja. Mientras esto aún se observaba no hace mucho, las cosas han evolucionado considerablemente entre los jóvenes de la Generación Z, especialmente.
Muchos jóvenes en la actualidad, al iniciar una relación con alguien, no sienten la necesidad de salir de esa área ambigua entre amistad y relación. Esto no implica que estas personas carezcan de interés en otras, sino que están descubriendo distintas maneras de conectarse.
En la cultura anglosajona, se ha asignado un nombre a este tipo de conexión. Utilizando la palabra inglesa para relación, «relationship», se ha creado el término situationship para referirse a esta indefinida relación.
Un vínculo en el cual se cubren ciertas necesidades como el sexo, la intimidad o la compañía, pero carece de un plazo temporal definido, desafiando las normas que tradicionalmente han regido las relaciones interpersonales, es como podríamos definir lo que es una situationship. Las búsquedas en Google de este término, que hasta hace poco era prácticamente desconocido, se encuentran prácticamente en su punto más alto histórico, las cuales han ido en un aumento significativo desde el comienzo de la pandemia de la Covid-19.
Las situationships rompen con la típica progresión que suelen seguir las relaciones: convivencia, compromiso, matrimonio, hijos… La Generación Z se encuentra a gusto en este terreno ambiguo. Su enfoque radica en el presente, sin preocuparse por el futuro. Hay un rechazo de las convenciones que han perdurado durante muchos años en el ámbito de las parejas, con una inclinación rebelde.
Esta situación se configura como un pacto informal, comúnmente entre dos individuos, involucrando una conexión tanto emocional como física, pero sin ajustarse a la noción convencional de una relación exclusiva regida por compromisos específicos. En ciertos casos tienen límites temporales, como el ejemplo de dos estudiantes en su último año universitario que priorizan sus futuras carreras. En este escenario, un acuerdo informal parece ser la mejor opción para esa circunstancia particular.
Lisa Wade, profesora de la Universidad de Tulane, llevó a cabo Un estudio a través de entrevistas con 150 estudiantes durante el periodo académico 2020-2021, revelando que los integrantes de la Generación Z son menos propensos a definir sus relaciones o incluso a expresar el deseo de que evolucionen.
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Dada la inestabilidad generada en nuestras vidas por la pandemia, a la cual se añaden la inflación, la crisis climática y la creciente inestabilidad social y política, los jóvenes tienden a priorizar su estabilidad financiera, personal y profesional antes que sus relaciones íntimas, las cuales quedan en un plano secundario, de acuerdo al planteamiento de la experta después de la investigación.
Los problemas pueden surgir cuando una de las dos personas desee alterar la situación y aspire a avanzar hacia una relación con un compromiso más profundo. Si la otra persona aún no está lista o simplemente no muestra interés, podría resultar en una situación adversa. Es crucial tomar en cuenta la comunicación desde el inicio y así evitar la creación de falsas expectativas.
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