El sobreesfuerzo podría ser contraproducente, causando que las personas no puedan completar actividades clave o incluso llegando a enfermar.
Es aceptable dedicar el máximo esfuerzo en todas las áreas de la vida. Alcanzar metas requiere un compromiso total, y esto es innegable. Sin embargo, es crucial entender los límites de nuestro cuerpo. ¿Por qué experimentamos cansancio o dolor muscular? La fatiga mental va más allá de lo físico y puede generar un agotamiento incluso mayor que las actividades físicas. Atiende las señales de tu cuerpo: excederte puede tener consecuencias negativas y aumentar el riesgo de enfermar. ¡Reconoce tus límites!
La fatiga muscular y sus consecuencias
La fatiga muscular se manifiesta cuando no puedes seguir con la actividad física que estás llevando a cabo. Este cansancio se refleja en los músculos, que llegan al punto en el que carecen de la fuerza necesaria para continuar con la práctica. Es comparado con la situación de un automóvil cuya batería se agota; por más que intentes arrancarlo, el vehículo carece de la «energía» que se necesita para continuar funcionando.
Esta condición va más allá de la simple sensación de cansancio; implica experimentar una pesadez en los músculos, un aumento en la frecuencia cardíaca y respiratoria, lo que puede provocar ansiedad en el deportista. Este estado se desencadena cuando varios factores, como la condición física, la edad, la alimentación y la predisposición genética, se combinan de manera específica.
Probablemente, te estés preguntando qué ocasiona la fatiga muscular. La respuesta está en el calcio, mineral desempeña un papel crucial en la adecuada contracción y relajación muscular. Los niveles de calcio pueden disminuir debido al almacenamiento de ácido láctico, a la falta de glucógeno o a ciertos niveles de deshidratación, lo que conduce a esta fatiga.
Para mantenerse activo, el músculo necesita su fuente de energía, que consiste en oxígeno y glucógeno. A medida que la intensidad del ejercicio aumenta, el tejido muscular demanda más energía, lo que resulta en un aumento en la formación de acidosis metabólica y la producción de ácido láctico.
Igualmente, cuando la fuerza del ejercicio continúa aumentando, la fuente de energía en el músculo deja de ser el glucógeno y comienza a utilizarse la proteína. Simultáneamente, la reserva de oxígeno se vuelve insuficiente. En resumen, se agrava la acidosis metabólica y, en ese punto, surgen dificultades para la contracción y relajación de las fibras musculares.
¿Cuál enfermedad ocasiona fatiga y dolor en los músculos?
La experimentación de fatiga y dolor muscular en diversas áreas del cuerpo es un indicador distintivo de la fibromialgia, la cual es una enfermedad crónica y provoca dolor en áreas específicas conocidas como «puntos sensibles», como el cuello, los hombros, la espalda, la cadera, las piernas y los brazos. Este trastorno afecta principalmente los tejidos blandos del cuerpo y, según la Clínica Universidad de Navarra, no está asociado con dolor o inflamación en las articulaciones.
¿Cómo puede la fatiga mental cansar más que el ejercicio físico?
Excederse en el esfuerzo puede tener consecuencias negativas: la fatiga mental afecta físicamente y restringe otras actividades. En este contexto, es pertinente cuestionar si el agotamiento mental es tan agobiante como el ejercicio físico. Explora los hallazgos científicos al respecto. Investigadores llevaron a cabo un estudio con el propósito de entender la conexión entre la fatiga mental y la fatiga física.
La prueba se realizó con un conjunto de 16 individuos que se ejercitan regularmente. Se evaluaron en dos momentos diferentes: durante la realización de tareas intelectuales y en un periodo en que no las llevaron a cabo. Es importante señalar que en ambas ocasiones, mantuvieron la misma duración de sueño y consumieron la misma cantidad de alimentos y bebidas.
Para obtener los resultados, los participantes realizaron ejercicio en una bicicleta estática hasta experimentar agotamiento. En el primer día, habían experimentado fatiga mental, mientras que en el segundo día no. Es relevante señalar que los investigadores examinaron los resultados teniendo en cuenta variables fisiológicas como el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca, la presión arterial, entre otras.
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En resumen, aunque pueda resultar sorprendente, los hallazgos revelaron que la fatiga mental genera un cansancio mayor que el ejercicio físico: los participantes con fatiga mental cesaron sus ejercicios aproximadamente un 15% antes. De acuerdo con los científicos, la percepción del esfuerzo tiene lugar en el cerebro, y ofrecieron dos explicaciones posibles para esto:
En primer lugar, la fatiga mental reduce la inhibición del sistema cerebral ante el agotamiento. Por otra parte, puede influir en la dopamina, el neurotransmisor más crucial del Sistema Nervioso Central, ya que desempeña una función significativa en la motivación y el esfuerzo.
Los investigadores determinan que, de cualquier manera, las áreas cerebrales prefrontales se activan, siendo responsables de que el cuerpo sienta más molestias en situaciones de fatiga mental.
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