Esta infección es provocada por un virus de la familia del herpes y puede ser transmitida por distintas vías aparte del beso.
La mononucleosis infecciosa, también conocida como la enfermedad del beso, es una afección contagiosa provocada mayormente por el virus de Epstein-Barr (VEB), un miembro común de la familia del herpes que se encuentra ampliamente en todo el mundo. Aunque se le llama así debido a su relación con el intercambio de saliva durante el beso, el VEB puede propagarse mediante diversas formas, incluyendo compartir bebidas, alimentos o utensilios, así como a través de la tos y el estornudo. A nivel global, este virus es bastante prevalente.
Desde fatiga extrema hasta inflamación de las amígdalas, los síntomas de la mononucleosis pueden variar en intensidad, abarcando desde leves hasta severos. Fiebre, dolor de garganta, ganglios linfáticos inflamados en el cuello y axilas son manifestaciones habituales, junto con ocasional inflamación del bazo o hígado. Pérdida del apetito, piel pálida, dolor de cabeza y, en raras ocasiones, ictericia, son también síntomas comunes asociados a esta enfermedad.
Usualmente, el periodo de incubación de la mononucleosis oscila entre cuatro y ocho semanas, aunque en niños pequeños puede ser más breve. A menudo, los indicadores como la fiebre y el dolor de garganta tienden a mejorar en un par de semanas, mientras pueden persistir durante algunas semanas adicionales síntomas como la fatiga, la inflamación de ganglios linfáticos y el agrandamiento del bazo.
Con un ciclo que abarca lo latente y lo activo, el virus persiste de por vida en el cuerpo después de la infección inicial. Sus síntomas pueden aparecer en momentos de estrés o inmunosupresión, lo que implica que permanece en un estado de reposo, pero puede reactivarse en ciertas circunstancias.
El virus de Epstein-Barr (VEB) es la causa principal de la mononucleosis, aunque en algunos casos, otros virus como el citomegalovirus (CMV) pueden ser responsables. La transmisión se produce principalmente por contacto directo con la saliva de una persona infectada, pero el virus también puede encontrarse en la sangre y el semen. Esto implica que la transmisión puede ocurrir mediante relaciones sexuales, transfusiones de sangre y trasplantes de órganos.
¿Cómo se puede tratar la mononucleosis?
Es esencial descansar y, posiblemente, se requiera restringir las actividades físicas, especialmente aquellas que puedan aumentar el riesgo de ruptura esplénica, una complicación seria de la mononucleosis. La recomendación general incluye evitar deportes de contacto y ejercicios intensos hasta varias semanas después de que los síntomas se hayan resuelto, siguiendo la guía de un profesional médico. En situaciones donde la garganta inflamada y las amígdalas agrandadas puedan obstaculizar la respiración, puede ser necesario el uso de corticosteroides para reducir la inflamación, siempre bajo una supervisión médica rigurosa.
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En la actualidad, no hay una vacuna ni un medicamento antiviral específico para tratar la mononucleosis. Por lo tanto, la atención se enfoca en aliviar los síntomas, lo cual puede abarcar descanso, una adecuada hidratación y el uso de medicamentos como paracetamol e ibuprofeno para controlar la fiebre y el dolor de garganta.
Recuperarse por completo de esta afección puede ser tardado, y se aconseja un seguimiento médico para prevenir posibles complicaciones. Aunque la mayoría de las personas se recuperan sin dejar secuelas, es importante destacar que debido a la latencia del VEB en el organismo, pueden ocurrir reactivaciones, aunque suelen carecer de síntomas en la mayoría de los casos.
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