La inducción del trabajo de parto, también conocida como parto inducido, provoca que el útero se contraiga durante el embarazo antes de que el parto comience por sí solo para lograr un parto vaginal.
A pesar de que se ha normalizado enormemente que se proponga inducir el parto a las embarazadas, no es una propuesta que debiera hacerse a la ligera.
Debemos saber que no se puede proponer de manera rutinaria practicar una inducción cuando se presente un bebé de nalgas, un bebé pequeño o muy grande, un parto precipitado previo, un bebé con crecimiento intrauterino retardado, un embarazo múltiple y por supuesto no lo puede solicitar la embarazada.
Para practicar la inducción los médicos deben evaluar los beneficios frente a los posibles riesgos. Existen daños como la preeclampsia, la colestasis no controlada, las patologías con presencia de anticuerpos u otras enfermedades no tratables antes del parto que recomiendan el uso de la inducción médica.
En España un 34,2% del total de nacimientos se lleva a cabo a través de una inducción. Las matronas de la asociación ALPACC (Associació de Llevadores del Part a Casa de Catalunya (ALPACC) han escrito una guía de inducción médica en el parto y destacan que es necesario reducir el número de inducciones a las estrictamente necesarias.
Proponen que se revisen los protocolos de los hospitales españoles para reducir el número de bebés que nacen a través de esta práctica. La OMS solo recomienda que un 10% de los nacimientos sean inducidos, por lo que debemos estar atentos si nos proponen este método para acelerar el parto.
Hay 5 preguntas que debemos plantear si se nos propone practicar la inducción.
1 ¿Cuáles son los beneficios de la inducción en mi caso en particular?
Puede que los especialistas te lo recomienden como única opción si el peligro para el bebé o la madre son altos. Por ejemplo cuando no hay suficiente líquido amniótico, hay una infección o un desprendimiento placentario. No dudes en informarte de por qué es lo mejor en tu caso.
2 ¿Cuáles son los riesgos de la inducción? Pregunta a tu equipo médico para que te den todos los detalles. Algunos de los riesgos podrían ser:
- Una inducción fallida, donde no se consigue el parto vaginal en 24 horas y se puede llegar a la cesárea.
- Frecuencia cardíaca fetal baja. Los medicamentos pueden contraer en exceso el útero y limitar el oxígeno del bebé.
- Infección. Si se lleva a cabo la ruptura de membrana para inducir el parto, aumenta el riesgo de infecciones para la madre y el niño.
- Rotura uterina: Se puede desgarrar una antigua cicatriz de cesárea.
- Sangrado después del parto por fallo en los músculos del útero después de dar a luz.
3 ¿Cuál es el porcentaje de inducciones de este hospital? Y de estas, cuántas acaban en cesárea y cuántas en parto instrumentalizado? Como te comentábamos, en la guía de la ALPACC, los números de inducciones en España son muy altos y no siempre se consigue terminar la inducción con un parto vaginal.
4 ¿Qué métodos me ofrecéis para inducir el parto en mi caso en particular?
- Hay diferentes métodos posibles:
- Hacer madurar el cuello del útero (con prostaglandinas o insertando solución salina en el cuello del útero)
- Separar las membranas del saco amniótico
- Romper el saco amniótico
- Inyectar un medicamento en vena (oxitocina)
5 ¿Qué alternativas tengo? Cada caso merece ser estudiado de una manera particular y evaluando correctamente los riesgos frente a los beneficios.
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