Hacer compras excesivas de productos cosméticos puede ser perjudicial tanto para tu piel como para tu economía.
La abundancia de información a la que podemos acceder fácilmente en la actualidad, con solo un clic, abarca todos los sectores, incluido el de la belleza. Sin embargo, esta sobreexposición puede llevarnos a perder el enfoque no solo en nuestra percepción personal, sino también en nuestras necesidades. La gran cantidad de tutoriales en internet que sugieren cómo lograr un look de moda puede conducir a una afección que, aunque pueda parecer exagerada, ya ha sido señalada por algunos expertos: la cosmeticorexia.
Elisabeth Álvarez, directora de INOUT y FENGO, y autora de Guía para una belleza inteligente, incluso señala que existen dos grupos de personas claramente diferenciados en los que la cosmeticorexia suele ser más frecuente. Por un lado, se encuentran los jóvenes que están cautivados por los gurús de la cosmética en TikTok o los influencers de Instagram. Estos seguidores admiran y compran todo lo que estos referentes recomiendan, sin detenerse a considerar si es adecuado para su propio tipo de piel. Por otro lado, hay un perfil que generalmente representa a mujeres más maduras. Estas mujeres adquieren productos que llevan la etiqueta ‘antiedad’ con grandes expectativas, buscando evitar tratamientos más invasivos. En lugar de consultar a un dermatólogo o acudir a una clínica para recibir asesoramiento, compran productos de manera excesiva, creyendo que el efecto será similar al de un tratamiento clínico.
¿Cómo se define la cosmitorexia?
Es cierto que todos los excesos, incluso aquellos que pueden parecer más inofensivos, como en el caso de la cosmeticorexia, son perjudiciales. La cirujana maxilofacial y experta en medicina estética facial, doctora Gema Pérez Sevilla, explica que esta condición se define como la compra compulsiva de cosméticos y la adicción a sus principios activos, especialmente aquellos relacionados con el anti envejecimiento.
En los últimos tiempos, la industria de la belleza, especialmente en lo que respecta al cuidado de la piel, ha experimentado un crecimiento exponencial. Este fenómeno se refleja en la frecuente aparición de nuevas marcas y el constante lanzamiento de productos innovadores.
Es posible que no creas que la cosmeticorexia pueda afectarte, pero quizás ya estés profundamente involucrada sin siquiera darte cuenta. Comienza a evaluar cuánto dinero gastas al mes en compras de productos cosméticos, y es posible que te sorprendas con los resultados.
Elisabeth Álvarez destaca algunos signos adicionales que podrían indicar que estamos enfrentando un problema. «En primer lugar, en nuestra piel, cuando usamos cosméticos sin ningún criterio lógico y sin saber qué necesitamos en este momento, suelen aparecer dos cosas: acné cosmético y piel asfíctica. Por otro lado, si no aplicamos ningún criterio al comprar un producto, si notamos que estamos acumulando una cantidad excesiva en nuestro baño o incluso si tenemos muchos tratamientos diferentes que no llegamos a terminar, alternándolos simplemente por la sensación de estrenar un producto nuevo, deberíamos considerar la posibilidad de que estemos experimentando cosmeticorexia».
¿Cuáles son las consecuencias de la cosmeticorexia?
Para muchas personas, los escaparates de perfumerías, establecimientos de belleza y centros comerciales, ya sean físicos o en línea, representan una tentación, especialmente cuando encuentran ofertas o productos presentados de manera convincente a la compra. Es cierto que también hay quienes buscan la asesoría de especialistas, solicitan información y solo adquieren los cosméticos recomendados, sin llenar sus bolsas con sérums, lociones, cremas y todo tipo de productos que les hayan llamado la atención, olvidándose de razonar si son apropiados para su tipo de piel. Esta forma de actuar impulsiva o, más bien, compulsiva, tiene consecuencias, aunque parezca inofensiva.
La doctora Pérez Sevilla alerta al respecto: “Si realizas esta práctica, lo que puede ocurrir es que tu piel, en vez de verse cada vez mejor, luzca más opaca con el paso del tiempo, se obstruya el poro por la sobresaturación de producto e, incluso, que se exacerben enfermedades dermatológicas previas”
Con frecuencia, resulta desafiante determinar cuáles son los productos más adecuados para satisfacer nuestras necesidades específicas. Nos preocupa principalmente asegurar una hidratación adecuada y observamos una tendencia hacia productos cada vez más enriquecidos con formulaciones más precisas. Por lo tanto, buscamos una variedad de tratamientos que contengan ingredientes activos, en parte enfocados a la acción anti envejecimiento, tales como el retinol, el ácido hialurónico, el colágeno, las células madre o los péptidos.
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¿Cómo podemos contrarrestar la cosmeticorexia?
El primer paso es reconocer que tienes un problema. Si te identificas con la práctica de comprar impulsivamente cualquier cosmético que veas anunciado o que llame tu atención mientras navegas por internet, intenta ponerle freno. La doctora Pérez Sevilla nos aconseja: «Siempre recomiendo no sucumbir a la tentación de comprar el último lanzamiento en cosmética ni dejarse llevar por los productos que le van bien a un ser querido. En cambio, es fundamental proporcionar a tu piel lo que realmente necesita».
Es crucial consultar a un dermatólogo o médico estético para que pueda analizar tu piel y diseñar una rutina facial con tres o cuatro productos específicos adaptados a tus necesidades. «Este gesto, ser constante y mantener esta rutina facial a lo largo del año, harán que tu piel luzca saludable, radiante y joven. Recuerda, en muchas ocasiones, menos es más», concluye la experta.
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