«El pasar la mayor parte del día delante de las pantallas está cambiando nuestro cerebro, nuestra forma de procesar la información y de adaptarnos a la sociedad»

Lo primero que hay que tener en cuenta ante la posible adicción a Internet es que tenemos que alarmarnos cuando las pantallas nos quitan el tiempo libre que tenemos y dejamos de practicar otras actividades de ocio, como estar en contacto con la naturaleza, con nuestros amigos o dialogando con nuestros familiares. Estas habilidades sociales se están perdiendo. Los tutores y padres han de ser conscientes de que un uso excesivo e indebido de las pantallas comienza a crear una adicción silenciosa por el simple efecto de estímulo refuerzo y recompensa.
Un uso abusivo de las tecnologías puede afectar a la vida diaria de los menores y de los adultos. Si dejamos utilizar a los más pequeños los móviles como un juguete, puede llegarse a convertir en una adicción, y más adelante, cuando llegue a la etapa adolescente, como la única vía de comunicación. Esto es algo muy triste.

P. ¿Cuáles son sus próximos objetivos profesionales?

R.

Como decía anteriormente, mi vocación es la de trabajar con aquellas entidades y profesionales realizando conferencias y mesas redondas. De forma que estos nuevos estudios e investigaciones puedan llevarme a completar mi próximo libro: «Algoritmos, segunda parte». Estoy trabajando en dedicar esta segunda edición al ámbito de la educación de los padres, alumnos y profesores, que son los que están en primera línea. Mi objetivo es dotarles de las herramientas prácticas necesarias para adaptarnos al buen uso de las nuevas tecnologías.