Controla los picos de azúcar: ¿Es bueno comer fruta con el estómago vacío?

La dieta tiene una importancia fundamental en la salud. Sin embargo el conocimiento en relación a los alimentos y sus efectos en nuestro organismo no ha dejado de avanzar, hasta el punto de que muchos de los hechos que años atrás se daban por incuestionables, hoy comienzan a ser objeto de debate. El consumo de fruta es uno de ellos.

Por un lado, los organismos encargados de velar por nuestra salud llevan años haciendo énfasis en que es fundamental tomar varias piezas de fruta al día. Pero al mismo tiempo, surgen voces que avisan de que además de recomendar el consumo de fruta, hay que educar sobre el momento y la forma en que este consumo debe producirse, porque de no ser así, pueden producirse efectos indeseados.

Y es que tomar fruta en ayunas puede producir picos de azúcar en sangre que son poco deseables. Lo ideal es que el cuerpo reciba su suministro de energía de forma más o menos estable, en lugar de experimentar subidas y bajadas bruscas. Cuando éstas se producen, el cuerpo no puede utilizar toda esa glucosa y termina por acumular esa energía en forma de grasa. Además de la sensación de decaimiento que puede generarse cuando los niveles de azúcar están en niveles mínimos. Esta, por tanto, podría ser la mayor desventaja de consumir fruta en ayunas, aunque no la única. También hay quienes pueden experimentar problemas gástricos por efecto de la acidez de algunos tipos de fruta.

Sin embargo, comer fruta en ayunas también aporta beneficios. Esa subida rápida de energía que proporcionan puede ser de utilidad si a continuación vamos a hacer deporte o actividad física, y además, varios estudios demuestran que ayuda a mejorar la digestión y a absorber mejor los nutrientes.

Con todo esto, es normal que las dudas al respecto aumenten. ¿Debo comer fruta en ayunas o por el contrario debo evitarla?

Como podemos comprobar, ni siquiera un alimento como la fruta es ideal para todo el mundo y en todas las circunstancias. Pero sí que podemos obtener beneficios de su consumo al mismo tiempo que minimizamos sus aspectos menos positivos si la incluimos en nuestra dieta del modo adecuado.

Lo primero que tienes que comprobar es cómo responde tu cuerpo a la fruta. Si te genera molestias, la toleras bien, o afecta significativamente tus niveles de energía. Dependiendo de eso, puedes hacer una elección de frutas de menor acidez para evitar posibles problemas estomacales, o bien, en lugar de comerlas solas, combinar su consumo con proteínas y grasas saludables que ayuden a mitigar esas subidas drásticas de azúcar en sangre.

En definitiva, fruta sí, pero sin excesos, eligiendo las que mejor te sientan, y si es el caso, tomándolas con otros alimentos.