En el universo de métodos anticonceptivos, las jóvenes de hoy se enfrentan a una amplia gama de opciones. Desde las clásicas píldoras y preservativos hasta los modernos implantes y dispositivos intrauterinos (DIU), la decisión sobre cuál elegir puede resultar abrumadora. ¿Cuáles son los métodos más populares entre las mujeres jóvenes en España y cómo ha evolucionado esta elección a lo largo de las generaciones?
Contrario a lo que podría pensarse, el preservativo y la píldora siguen siendo las elecciones preferidas entre las jóvenes que optan por métodos anticonceptivos. Sin embargo, hay un cambio notorio hacia métodos reversibles de larga duración, como el DIU y los implantes hormonales. Un estudio reciente publicado en The Lancet revela que las preferencias varían según el estado civil, la edad y la región de las mujeres en edad reproductiva.
A nivel mundial, el uso de métodos tradicionales menos efectivos, como la marcha atrás o el método del calendario, ha disminuido, mientras que preservativos, píldoras, implantes y esterilización femenina han ganado popularidad. Específicamente, preservativos y píldoras son los métodos más comunes entre adolescentes de 15 a 19 años, mientras que los métodos reversibles de acción prolongada son más comunes entre mujeres de 20 a 49 años.
Sin embargo, el problema persiste en algunas regiones, donde la educación sexual deficiente ha contribuido a que Latinoamérica tenga la segunda tasa más alta de embarazos en mujeres menores de 20 años, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Un abanico de posibilidades en constante crecimiento
Los métodos anticonceptivos se pueden clasificar en función de su composición y mecanismo de acción en:
- Métodos de barrera: impiden la unión del espermatozoide al óvulo. Los más comunes son el preservativo masculino y femenino, el diafragma, el capuchón cervical y la esponja anticonceptiva. Su eficacia es del 85-95%, pero es importante utilizarlos correctamente para que sean efectivos.
- Métodos hormonales: alteran el ciclo menstrual para impedir la ovulación. Los más comunes son las píldoras anticonceptivas, el anillo vaginal, el parche cutáneo y la inyección anticonceptiva. Su eficacia es del 95-99%.
- Métodos intrauterinos (DIU): liberan hormonas o cobre en el útero para impedir la fecundación. Su eficacia es del 99%.
- Métodos quirúrgicos: impiden la fecundación o la implantación del óvulo fecundado. Los más comunes son la ligadura de trompas y la vasectomía. Su eficacia es del 99,9%.
Los métodos más eficaces son los que tienen una tasa de fracaso menor del 1%. En este sentido, los métodos hormonales de acción prolongada, como el DIU hormonal y el implante anticonceptivo, son los más eficaces. La ligadura de trompas y la vasectomía también son métodos muy eficaces, pero son irreversibles.
Cómo elegir el método anticonceptivo más adecuado
En la elección del método anticonceptivo más adecuado, se deben tener en cuenta los siguientes factores:
- Eficacia: el método debe ser lo suficientemente eficaz para que no haya riesgo de embarazo no deseado.
- Seguridad: el método no debe tener efectos secundarios graves.
- Comodidad: el método debe ser fácil de utilizar y no debe interferir en la vida cotidiana.
- Coste: el método debe ser asequible.
Es importante consultar con un profesional sanitario para que te asesore sobre el método anticonceptivo que mejor se adapta a tus necesidades.
Hormonas: la clave del control
Los métodos hormonales, como la píldora combinada, que contiene estrógeno y gestágeno, y las píldoras de gestágeno, menos populares, ofrecen una opción de uso diario. Además, existen versiones inyectables mensuales y trimestrales, junto con el parche semanal y el anillo vaginal mensual, todos conteniendo combinaciones de progestina y estrógeno.
«Los métodos anticonceptivos que más acepta una joven son las pastillas», afirma la Dra. Hidalgo. «El parche o el anillo es una buena alternativa para pacientes olvidadizas con la toma diaria».
Reversibles de larga duración: una apuesta segura
Los métodos LARC (anticonceptivos reversibles de larga duración), como el DIU hormonal y el implante hormonal, ofrecen una eficacia ligeramente mayor y beneficios adicionales. El DIU hormonal, en forma de T, se inserta en el útero y libera progestágeno diariamente, previniendo el embarazo durante 3 a 8 años.
La ginecóloga Isabel Lahoz del Hospital Clínico de Zaragoza destaca las ventajas del DIU hormonal, incluida una disminución del sangrado y menos dolor, en comparación con el DIU de cobre no hormonal. El implante, consistente en varillas plásticas en el brazo, también libera progestágenos durante 3 a 5 años, ofreciendo una opción de larga duración y alta eficacia.
No hormonales: una alternativa sin efectos secundarios
Los métodos no hormonales, como los preservativos (femenino y masculino), el DIU de cobre, el DIU de plata, la mini T de cobre y el balón intrauterino de cobre, ofrecen opciones sin hormonas y con menos efectos secundarios.
«Siempre somos defensores de los métodos LARC. Dentro de los métodos no hormonales, el DIU de cobre destaca por su mayor eficacia y, en algunos casos, un método barrera que proporciona protección no solo contra el embarazo sino también contra las enfermedades de transmisión sexual», indica la Dra. Lahoz.
La elección personalizada
Ante esta amplia variedad, surge la gran pregunta: ¿cuál elegir? Los expertos defienden los métodos de larga duración, especialmente en la población joven o para aquellas que no desean un embarazo a corto plazo. Sin embargo, enfatizan la importancia de analizar caso por caso.
«En anticoncepción es muy importante la individualización; no hay una pastilla, no hay un método, no hay un DIU que vaya bien para todas las mujeres», insiste la portavoz de la Sociedad Española de Contracepción.
Desmitificando las hormonas
A pesar de la comodidad y seguridad que buscan las jóvenes, persisten preocupaciones sobre los efectos de las hormonas en el cuerpo. La Dra. Lahoz destaca la necesidad de abordar mitos y proporcionar información precisa, señalando que las hormonas actuales son diferentes de las utilizadas en el pasado, y su impacto varía según la persona.
Aunque hay avances en métodos anticonceptivos, la lucha principal sigue siendo lograr que las mujeres acepten usarlos. La falta de educación sexual, las barreras familiares y económicas, así como los mitos sobre las hormonas, contribuyen a la reticencia. La Dra. Hidalgo subraya la importancia de la educación sexual para superar estas barreras y permitir que las jóvenes tomen decisiones informadas sobre su salud
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