Julián Pérez-Villacastín es jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, además de director del Instituto Cardiovascular del mismo centro y coordinador de CardioRed en la Comunidad de Madrid. Ejerce también como profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid e investigador principal del CIBER Cardiovascular. Es miembro del Grupo de Expertos para la elaboración de los estándares y recomendaciones de las unidades asistenciales del Área del Corazón del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Actualmente, es el nuevo presidente de la Sociedad Española de Cardiología.
Comienza una nueva etapa de la Sociedad Española de Cardiología con usted al frente, ¿cómo afronta esta nueva etapa como presidente?
Afortunadamente, tanto el presidente que entra como el resto del Comité Ejecutivo, llevan ya dos años preparándose y han participado en las decisiones de la SEC. De esta forma, el nuevo equipo puede continuar los proyectos anteriores a la vez que puede implementar los originales de su propia candidatura.
¿Cuáles son los principales objetivos que se ha marcado para su mandato?
En primer lugar, estamos trabajando para conocer la situación real en España en cuanto al número de cardiólogos, necesidades objetivas y futuras jubilaciones. En segundo lugar, queremos continuar con los proyectos orientados a mejorar la calidad de la asistencia que ofrecemos a los ciudadanos.
Tenemos en este sentido varios proyectos en marcha, los cuales van a permitir conocer resultados en salud y costes de las actuaciones. Desde el punto de vista más poblacional, estamos también muy comprometidos en transmitir a nuestros gobernantes y al resto de la sociedad la extraordinaria importancia que tiene la prevención y vivir en entornos saludables. Por último, estamos desarrollando también un programa de colaboración y voluntariado (SECoopera) de profesionales para poder ayudar a que las personas más desfavorecidas socialmente más allá de nuestras fronteras puedan recibir la asistencia cardiovascular que precisan.
Entre los retos del nuevo comité, está el de dar continuidad al programa SEC-Calidad, mediante el establecimiento de las Unidades Relativas de Valor y Cuadros de Mando, ¿cómo beneficia este programa a los profesionales de la cardiología?
Estos programas nos van a permitir conocer qué es lo que tenemos que medir para valorar los resultados en salud de lo que estamos haciendo y también sus costes. Creemos que a la Sociedad Española de Cardiología esta información le resultará muy útil para poder trasmitirla a las personas que gobiernan nuestra sanidad y distribuyen los recursos, pero a los que más va a beneficiar va a ser a los ciudadanos, porque va a garantizarles allí en donde vivan, la mejor asistencia.
En este sentido, ¿qué otros proyectos se van a promover desde la sociedad en los próximos años?
Además de lo comentado anteriormente, nos gustaría, colaborando con el resto de las sociedades científicas y con las asociaciones de pacientes, poder hacer realidad en España una historia digital y personal de salud de cada ciudadano para que cada persona pueda disponer de los datos más importantes relacionados con su salud sin las fronteras que suponen actualmente las ciudades, las comunidades, las naciones o la medicina pública o privada.
¿Y a corto plazo? ¿Qué acciones se tienen previsto desde la SEC?
Este año queremos tener finalizada una gran base de datos interoperable de todos nuestros socios para que podamos tener nosotros con ellos y entre ellos, una comunicación mucho más fluida.
Desde su experiencia profesional, ¿qué problemas de salud relacionados con la cardiología no se han resuelto todavía?
Queda muchísimo por hacer. Cada vez tratamos mejor las enfermedades cardiovasculares, pero tenemos que intentar que las enfermedades no lleguen a establecerse. Para ello la prevención es fundamental y no debemos olvidar que los factores de riesgo para la salud en España se están incrementando. Y desde el punto de vista de la atención cardiovascular, todavía hay desigualdades importantes que debemos solucionar.
En el congreso anual de la Sociedad Española de Cardiología, celebrado el pasado octubre, se habló de los diferentes avances que se han producido en la práctica clínica de la cardiología. En este sentido, ¿podría destacarnos algunos de estos avances?
Yo destacaría que por un lado vamos a disponer de fármacos que se van a poder administrar cada cierto tiempo sin necesidad de que la persona tenga que tomar pastillas todos los días. Estos fármacos dirigidos a la prevención de la enfermedad cardiovascular o de sus exacerbaciones, como sucede con la insuficiencia cardíaca, pueden modificar el curso clínico de la enfermedad cardiovascular. Por otro lado, los avances tecnológicos permitirán tratar enfermedades cardiacas utilizando únicamente catéteres sin precisar cirugía.
¿ ¿Cómo es la situación de la especialidad de cardiología en España? ¿Qué necesidades tienen los especialistas?
Esta pregunta podré contestarla dentro de unos meses con mucha mayor precisión. En estos momentos creemos que faltan especialistas sobre todo no en los grandes centros sino en hospitales de menor volumen y en centros de especialidades. Pero queremos hablar con conocimiento de la situación real y para ello estamos realizando el trabajo que comentaba anteriormente.
Para finalizar, ¿le gustaría decir algo a los miembros de la Sociedad Española de Cardiología ahora que se estrena en la presidencia?
Que todo el equipo que componemos el comité ejecutivo estamos a su disposición y que estaremos encantados de conocer cualquier inquietud o sugerencia que tengan y que sirva para mejora Sociedad Española de Cardiología.
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