El surgimiento de variantes más transmisibles significa que incluso los países adinerados donde abundan las vacunas siguen siendo vulnerables. Lugares que cerraron sus fronteras, están dándose cuenta de que no pueden mantener el virus fuera.
El huésped incómodo se resiste a abandonarnos, el flagelo del coronavirus llego para quedarse, pasarán días, meses y años para que podamos tener una sensación de alivio. No hay lugar en el mundo donde no se hable del mentado virus o que no se sientan sus efectos.
Desde las muy lamentables pérdidas humanas, pasando por las medidas de aislamiento social, hasta el cataclismo económico que se vive en el mundo. En este mismo ámbito, el poderío económico de China y la manufactura a escala de la India pronto se hicieron sentir. La pandemia es terreno fértil para los tigres asiáticos.
Dieciocho meses después de que apareció el coronavirus, los gobiernos animan con paso cauteloso a sus poblaciones a volver a su ritmo cotidiano habitual e instalarse en una nueva normalidad en la que el Metro, las oficinas, los restaurantes y los aeropuertos vuelven a estar llenos de gente.
Cada vez hace más sentido al mundo la idea que tenemos que aprender a vivir con el virus.
Sin embargo, los científicos advierten que las estrategias de salida de la pandemia podrían ser prematuras. El surgimiento de variantes más transmisibles significa que incluso los países adinerados donde abundan las vacunas siguen siendo vulnerables. Lugares que cerraron sus fronteras, están dándose cuenta de que no pueden mantener el virus fuera.
De hecho, me parece bastante sorprendente que los gobiernos supongan que saben lo suficiente sobre cómo se comporta el virus en las poblaciones como para elegir si vamos a vivir con él o podemos prescindir de él.
Gran parte del mundo en desarrollo también enfrenta aún un aumento en las infecciones, dando al virus una mayor oportunidad para replicarse rápidamente, lo que entonces eleva los riesgos de más mutaciones y propagación. Sólo el 1% de las personas en países de bajos ingresos ha recibido una dosis de alguna vacuna, según el proyecto Our World in Data.
En los lugares donde las vacunas han estado ampliamente disponibles desde hace meses, los países han apostado en grande a sus programas de vacunación como un boleto para salir de la pandemia.
A estas alturas de la aventura pandémica estamos cansados de la batalla con el virus, todos esperamos ese gran día en que todo abra y entonces nos volvamos locos de contentos. Pero por ahora tenemos que vivir la compañía del virus siniestro. Hasta la próxima.
Twitter: @ErosalesA
Eliseo Rosales Ávalos
Abogado
Los mismos de siempre
Politólogo y abogado, académico, columnista, presidente de ciudadanos sin partido y orgulloso mexicano.